miércoles, 4 de junio de 2014

LECTURAS PAU

SIGLO XIX: “DOÑA PERFECTA” DE BENITO PÉREZ GALDÓS
Don Benito Pérez Galdós es el más destacado representante del Realismo español del siglo XIX. Autor dramático pero fundamentalmente novelista, sus novelas suelen clasificarse en tres etapas: las de la primera época , las novelas españolas contemporáneas y las espiritualistas. “Doña Perfecta” (1876), “Fortunata y Jacinta” (1887) y “Misericordia” (1897) pueden considerarse, respectivamente, como representativas de esas tres épocas. Además Galdós es autor de
los “Episodios Nacionales”, una serie de 46 novelas que cubren en sus cinco series casi toda la Historia española del siglo XIX.
“DOÑA PERFECTA”, pertenece a la primera época de Galdós, y es una de las denominadas “novelas de tesis”, porque en ellas refleja de manera militante y maniquea (buenos y malos) la lucha entre el progreso y la libertad, por un lado, y la tradición y el fanatismo, por otro. Los personajes de estas novelas representan bien ese antagonismo y el autor se sitúa a favor de las ideas liberales del progreso.
La obra se ambienta en Orbajosa, una ciudad provinciana ficticia, pero muy representativa de la España rural, provinciana y tradicional de la España de la época de la 3ª guerra carlista. Allí llega, procedente de Madrid, el protagonista, Pepe Rey, un joven ingeniero, para casarse con Rosario, la hija única de Doña Perfecta, que había concertado el matrimonio de los jóvenes con su difunto hermano, el padre de Pepe. Desde el primer momento Pepe Rey y Rosario simpatizan y se enamoran, pero el recién llegado choca con la incomprensión de las fuerzas tradicionales de Orbajosa, que conspiran contra ese matrimonio. A ese grupo tradicionalista pertenece, además de la propia Doña Perfecta, Don Inocencio, magistral de la catedral, su sobrino Jacintito y la madre viuda de este, María Remedios, empeñada en frustrar el matrimonio de Rosario con Pepe Rey para casarla con su hijo. Pepe Rey cae en las continuas provocaciones que le tienden y termina enfrentado con todos, menos con Rosario. La llegada del ejército a Orbajosa para combatir a los facciosos precipita el final de Pepe, que muere asesinado por Caballuco, siguiendo órdenes de Doña Perfecta.
El simbolismo de algunos de los nombres es manifiesto: Doña Perfecta es la mujer que se considera a sí misma sin tacha alguna, Rosario evoca el rezo tradicional católico, Don Inocencio aparenta ser lo que su nombre significa, Jacintito es la flor en diminutivo, María Remedios puede arreglarlo todo y Caballuco sugiere el nombre del equino.
Además de los personajes citados, hay otros muchos secundarios, entre los que destacan el erudito Don Cayetano, hermano de Doña Perfecta, y Pinzón, militar amigo de Pepe Rey.
La obra, narrada por un narrador omnisciente, característica propia del Realismo, desarrolla de manera lineal el conflicto temático entre las posiciones ideológicas enfrentadas: Pepe Rey representa el progreso, la España moderna y urbana, el agnosticismo religioso; Doña Perfecta representa la tradición, la España rural y atrasada y el fanatismo religioso. Aunque las simpatías del narrador están del lado de Pepe Rey, es este quien fracasa en su empeño y muere al final, lo que tiñe toda la obra de pesimismo. Con todo, el humor de que se hace gala en los diálogos, el sarcasmo y la mordacidad con que se retrata a los personajes, aligera mucho la carga dramática de la obra, cuya lectura resulta profundamente amena.
En la época de su publicación, la de la España de la Restauración, “Doña Perfecta” fue recibida con entusiasmo por unos y con inmenso rechazo por otros, de acuerdo con las posiciones ideológicas y religiosas retratadas en ella. Hoy, en gran medida, debido a los cambios experimentados por la sociedad española, ese antagonismo ha desaparecido, pero la obra conserva, además del “sabor de la época” que refleja con minuciosidad, un evidente interés dramático, al que no es ajeno la maestría de Galdós en el tratamiento de las ideas, los personajes y los diálogos.

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